Me ha gustado este párrafo que venía de regalo en un correo de los psicoanalistas.
Son las palabras que inician la película, V de Vendetta: “Nos dicen que recordemos los Ideales, no al hombre. Que un hombre se puede acabar, lo pueden detener, pueden matarle y pueden olvidarle; pero, trescientos años más tarde, los Ideales pueden surgir cambiando al mundo. Yo he visto con mis propios ojos el poder de los Ideales, he visto matar por ellos y morir por defenderlos. Pero, no se puede besar un Ideal, ni tocarlo. Los Ideales no sangran, no sufren, ni tampoco aman. No es un Ideal lo que yo echo de menos. Es un hombre, un hombre al que nunca olvidaré”.
Yo cambiaría el hombre, el hombre, el eterno hombre por persona, ¿se lee distinto?
“Nos dicen que recordemos los Ideales, no a la persona. Que una persona se puede acabar, lo pueden detener, pueden matarle y pueden olvidarle; pero, trescientos años más tarde, los Ideales pueden surgir cambiando al mundo. Yo he visto con mis propios ojos el poder de los Ideales, he visto matar por ellos y morir por defenderlos. Pero, no se puede besar un Ideal, ni tocarlo. Los Ideales no sangran, no sufren, ni tampoco aman. No es un Ideal lo que yo echo de menos. Es una persona, una persona a la que nunca olvidaré"