La revolución pacífica, la de los papeles en la vitrina del metro, la que denuncia cómo el sistema protege las especulaciones de los ricos y los codiciosos, lo que protegen los políticos, de lo que se benefician. No tiene sentido el sinsentido, acumular mucho y despojar a otros de lo que necesitas para vivir con dignidad. Hay que defender la honestidad, sin miedo.
Charo , te lo paso a fbook . besos . Estoy queriendo hablar con mi hija que se ha ido a Senegal y estoy pendiente de que pasa por sol . abrazos
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